Minimalismo cosmético.

abril 10, 2020

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Minimalismo cosmético? Reflexiones desde el confinamiento.

A raíz de leer a la gurú del minimalismo Marie Kondo, de haber leído algunos libros como “ser feliz sin un Ferrari”, de Ryunosuke Koike, y de disponer de más tiempo en casa debido al confinamiento de los últimos días que me llevó a ordenar el cuarto de baño, en el cual tenía más de 20 productos cosméticos, empecé a leer que encontraba sobre el minimalismo cosmético.
Curiosamente, contrario a lo que pensaba que encontraría, al googlear “minimalismo cosmético” encontré pocos artículos no muy científicos que hablan sobre el concepto y lo solapan mucho con el tema de lo “natural”.
Los dermatólogos no somos muy proclives a referirnos a lo “natural” cuando realizamos prescripciones a nuestros pacientes.  De hecho, cuando algún paciente nos pregunta o nos orienta a que le recetemos algo natural normalmente nos genera cierto rechazo. De las dermatitis irritativas y algunas pocas alérgicas que he visto en la consulta, muchas de ellas suelen derivarse del uso de productos que los pacientes llaman “naturales”, ya que es así como los venden en los herbolarios y en estas casas de moda de cosmética natural que están tan en boga últimamente. Estos productos “naturales”, sino digo todos, muchos de ellos no han pasado controles de calidad y no garantizan al paciente ni resultados ni tampoco que estén exentos de efectos colaterales como son los eccemas y las sensibilizaciones a los ingredientes y/o excipientes.
Dejando de lado lo “natural”, lo que si puedo decir es que basándonos en los conceptos de minimalismo que existen desde arte, decoración, ropa, e incluso psicología, también podríamos integrar el concepto de minimalismo cosmético o minimalismo dermocosmético.
Según la RAE (Real Academia Española), el término de minimalismo está restringida por una parte al campo del arte contemporáneo definiéndolo como una corriente artística que juega con elementos limitados, aunque por otra parte nos permite extender la definición a objetos más amplios diciéndonos que es una tendencia estética e intelectual que busca la expresión de lo esencial eliminando lo superfluo. Por su parte, el Oxford Dictionary nos habla del minimalismo como un estilo de arte, música, etc. que utiliza ideas muy simples o elementos muy simples o muy pocos elementos en “número”.
Definiría al minimalismo cosmético como el mínimo número de productos para el cuidado de la piel. El “less is more” podría aplicarse a este concepto no bien definido.  A esta definición yo añadiría “mínimo número de productos para el cuidado de la piel para conseguir el mejor resultado”.
No debemos olvidar que el minimalismo nos lleva a conseguir más serenidad, felicidad y sobre todo libertad, y en el campo de la cosmética o la dermoscosmética puede llevarnos a conseguir mejores resultados debidos a una mejoría en la compliance (cumplimiento) terapéutico que en el ámbito de la salud de suele circunscribir al ámbito estrictamente médico. El restringido alcance del cumplimiento terapéutico o adherencia terapéutica podemos también extenderlo a la dieta, los hábitos higiénico-dietéticos, el ejercicio, y porque no a la utilización de cosméticos para mejorar el aspecto de la piel.
Es además interesante añadir que la utilización de un excesivo número de productos de limpieza y de cremas puede ocasionar la aparición de problemas sobreañadidos en la piel como son el acné cosmético, la dermatitis periorificial, el exceso de secreción sebácea por el exceso en la utilización de productos, pigmentaciones post-inflamatorias por utilización de ácidos o retinoides incorrectamente, y la lista es infinita.
El minimalismo dermocosmético asesorado por un dermatólogo experto en dermocosmética indudablemente consigue una mejor “compliance” y adherencia al tratamiento con mejores resultados en la piel a lo que se suma la sensación de orden y libertad que es lo que el minimalismo quiere conseguir en su esencia, la felicidad.